Como hemos visto, la odontología para la curación de los dientes es tan remota como el advenimiento del hombre en el mundo.
Cada época fue mejorando las técnicas y los tratamientos de curación dental muchos años antes de que apareciera la escritura hace un poco más de 5,000 años. Se tiene evidencia de que los egipcios por el 3,000 A.C. realizaban extracciones dentales y trepanaban la cortical externa de la mandíbula para drenar abscesos odontológicos, trataban infecciones bucales y piezas dentales ausentes con diferentes sistemas.
Hesy-Ra, es sin duda el primer odontólogo de la historia. Era un dignatario prominente de la sociedad egipcia, procedente de la dinastía III. Cirujano dentista, es el médico y odontólogo más antiguo que se conoce en la actualidad de estas especialidades médicas. Conocemos de su existencia gracias a un panel de madera de su tumba en el museo Egipcio del Cairo, datado de 3,000 años de antigüedad. En él, aparece como jefe de dentistas y médicos. Hesy indicó la importancia de la asociación de la medicina con la odontología. La sociedad egipcia reconoció la odontología como una especialidad quirúrgica muy importante.
El Papiro de Ebers es de los tratados médicos y odontológicos más antiguos conocidos. Fue redactado en Hierático en antiguo egipcio, cerca de 1,500 años antes de nuestra era, descubierto entre los restos de una momia en una tumba de Assyasif, en Luxor, a mediados del siglo XX. Actualmente está conservado en la biblioteca universitaria de Leipzig Alemania. En él figuran más de mil recetas de remedios más utilizados, además de el protocolo del sistema de diagnóstico. La farmacopea egipcia de la época recurría a más de 500 sustancias extraídas en su mayoría de vegetales, para tratar los diferentes problemas médicos y odontológicos y también contaban con medicamentos de origen mineral y animal.